previous post
Es frecuente experimentar una cierta frustración al intentar rasgar el envoltorio de galletas o al abrir un pote de yogurt o una caja de te, ya que rara vez el envoltorio se abre de la manera en que ha sido diseñado. Abordar los problemas que pueden experimentar los consumidores con el embalaje nunca es un proceso fácil. Sin embargo, a menudo se pueden encontrar soluciones originales buscando formas de adaptar los métodos de producción de empaques existentes que brinden una mejor experiencia al consumidor y con ello permitan a las marcas aprovechar la fidelidad que esto conlleva.
Desde el punto de vista del diseño, razón de la escasa predictibilidad de los embalajes es la falta de comprensión de los procesos de rasgado y fractura de materiales, tales como papel o el polipropileno bi-orientado, cuyas estructuras son anisotrópicas y heterogéneas. Al no poder predecir el inicio ni el recorrido de la fractura, la industria ha intentado predeterminar tal trayectoria por medio de cortes regulares que deberían facilitar rasgado. Sin embargo, basta un descuido y el proceso de rasgado se arruina. En SMAT-C hemos desarrollado las bases físicas del rasgado prediciendo la trayectoria de la fractura para distintos modos de solicitación del envoltorio, lo que nos permite diseñar estrategias mas robustas de apertura. Estas bases físicas, junto con una elección adecuada de materiales nos permite diseñar empaques mas simples de abrir y reciclar.